Tres personajes y una silla gigante salen a tomar el fresco, generando distintas situaciones entre cotidianas y surrealistas, que llevadas al extremo se convierten en cómicas.
El espectáculo se inspira en les abuelas que durante las tardes de verano salían (y en algunos pueblos todavía lo hacen) a tomar el fresco y a comentar les anécdotas de la jornada, dónde cualquier echo cotidiano se podia convertir en una gran historia.